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lunes, 1 de diciembre de 2025

Ahí te vas a quedar.

"Nos queda mucha y mala" era la frase con la que mi compañero de cuartel, Miguel Ángel el pichita, remataba cualquier conversación que hiciese referencia a la mili, que por entonces cumplíamos. Tuve ocasión de oírla muchas veces de sus labios y poco tardé en usarla a destajo también, cuando se torcían los planes. Incluso después, cuando los toques de diana y retreta quedaron muy atrás en el tiempo. La he rumiado mucho en los más de treinta años que he estado pisando las aulas y mi yo más profundo me pedía una salida de emergencia. Pero, por fortuna, volviendo al servicio militar, se fue imponiendo con el paso de los meses otra expresión, menos sombría, pero más sabrosa de pronunciar, aquella de "ahí te vas a quedar", que se soltaba en silencio a todo guripa, cabo o mando cuando te hacía un desplante. Es frase que también ahora mastico con cierto deleite en mi interior, cuando las cosas se ponen feas, y el alumnado celebra mi infinita paciencia, o acuden de la delegación con nuevos informes que rellenar, orientaciones e ingeniosas soluciones que indiferentes vendavales arrastrarán a ninguna parte.